La Virgen de Fátima es una advocación de la Virgen María. Es la historia de las apariciones de Nuestra Señora a tres pastorcillos en 1917 en Portugal. Estos hechos y los mensajes de conversión que María les dio a Lucía, Jacinta y Francisco han llegado hasta nuestros días.
Tres primos llamados Lucía, Jacinta y Francisco estaban en el campo cuidando de las ovejas, en la zona de Cova da Iria. A mitad de la mañana comenzó a llover. Los niños tuvieron que buscar un refugio para no mojarse. Seguidos del rebaño de ovejas comenzaron a buscar un sitio para cobijarse.
De pronto, comenzaron a ver una luz blanca que se escondía entre los árboles. Se acercaron y descubrieron que había una mujer vestida de blanco con un rosario en las manos ¡Era la Virgen María! La Señora les pidió una cosa a los niños. Les encargó que regresarán allí el día 13 de cada mes. Los tres estaban asombrados y volvieron rápidamente al pueblo para contar lo que había sucedido.
Los niños cumplieron la promesa que le habían hecho a María. De hecho, anunciaron más apariciones a sus vecinos. Eran todas el mismo día, el día trece.
En todas sus apariciones la Virgen hizo un especial inciso sobre el rezo del Rosario, y les pidió a la niños que cuando lo rezaran, después de cada misterio dijeran: "Oh Jesús perdónanos por nuestros pecados, líbranos del fuego infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu Divina Misericordia".
La última aparición de la Virgen tuvo lugar el 13 de octubre de 1917. En ese día se produjo el llamado "milagro del sol".
Según cuenta Lucía, el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria, la Virgen les contó lo que se conoce como la "profecía de Fátima". Esta profecía está formada por tres mensajes. La Santa Sede los dio a conocer todos ellos durante el pontificado de San Juan Pablo II.
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El 13 de mayo":