Caín, el hijo mayor, labraba y cultivaba la tierra. Su hermano pequeño, Abel, era pastor y se dedicaba al cuidado de las ovejas.
Un día ambos hermanos le ofrecieron a Dios una agradable ofrenda. Caín le ofreció frutos de la tierra que cultivaba. Abel, por su parte, la oveja mejor cuidada que tenía. A Dios le agradó mucho el regalo de Abel, pues éste lo hacía de corazón. Caín se entristeció y se enfadó muchísimo, tanto, que mató a su hermano Abel por envidia.
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"Caín y Abel", Pietro Novelli |