"En la ciudad de Ur, vivía un hombre llamado Abram. Tenía muchos rebaños y servidores. Un día Dios dijo a Abram: 'Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, hacia la tierra que mostraré. Haré de ti una gran nación, te bendeciré, haré famoso tu nombre y serás una bendición'.
Abram creyó la palabra de Dios y el Señor hizo con él un pacto de amistad. Y le dijo: 'Ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos'.
Abraham obedeció y se puso en marcha" (Cfr. Gn 12).
Con este viaje comenzaba una larga historia: la historia del pueblo de Dios.
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"Ur de Caldea" |