jueves, 17 de octubre de 2024

El Arca de Noé

La tierra se fue poblando más y más. Pero con el paso del tiempo, también creció el mal: los hombres se maltrataban y se olvidaron de Dios, que los había creado. Era tanta la maldad de la gente, que Dios decidió empezar todo de nuevo: llovería durante cuarenta días y cuarenta noches y desaparecerían todos los seres creados. Pero Dios se fijó en Noé, un hombre bueno, y decidió salvarlo.
Siguiendo las instrucciones de Dios, Noé construyó una inmensa arca de madera, metió en ella parejas de todos los animales, y entró también él con toda su familia.
Y comenzó a llover sin parar durante días y días. La lluvia inundó toda la tierra, pero el arca flotaba segura sobre las aguas. Cuando dejó de llover y las aguas descendieron, la familia de Noé salió del arca y dio gracias a Dios. Dios prometió a Noé que no volvería a hacer caer un diluvio así sobre la tierra e hizo una alianza con él. En señal de esa alianza, hizo aparecer en el cielo el arco iris (Cfr. Gn 6-9).

"A la entrada del Arca de Noé", Giovanni Benedetto Castiglione