En este tiempo estamos invitados a la conversión y a prepararnos para recibir esta inmensa donación de Amor de Dios por todos sus hijos.
Por último, decir, que el morado es el color de la Cuaresma, y que esta tiene una duración de cuarenta días.
La Cuaresma es como un entrenamiento para ponerse en forma espiritualmente, es decir, para estar más cerca de Dios y cumplir mejor su voluntad. Es una llamada a la conversión del corazón para aprovechar mejor los frutos de la Pascua.
Para recorrer ese camino de conversión, la Iglesia pide a sus hijos que durante este tiempo se esfuercen más intensamente en tres aspectos: la oración, el ayuno (sacrificio) y la caridad (amor al prójimo).