martes, 12 de noviembre de 2024

Israel

Jacob engañó a su hermano Esaú, para ser él el beneficiario de la primogenitura. Al descubrirse tal acto, Jacob tuvo que huir lejos de Esaú. En un descanso del viaje, por la noche, Dios habló a Jacob: "Yo soy el Señor el Dios de tu padre Abraham y de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado la daré a ti y a tu descendencia".
Dios llenaba de bendiciones la vida de Jacob: se casó, tuvo hijos y prosperó. Al cabo de los años pudo regresar a Canaán e instalarse con su familia y sus rebaños.
Un día Dios le cambió el nombre y le llamó Israel. Por eso, sus descendientes se llaman israelitas.

"El sueño de Jacob", José de Ribera